martes, 18 de junio de 2019

Alexander von Humboldt y la repercusión de sus impresiones de Tenerife

Vista de Santa Cruz en torno a 1825 de J.J. Williams. Reproducida en: Histoire naturelle des îles Canaries de Philip Barker-Webb y Sabin Berthelot. Tomo I.3. Les miscellanées canariennes, planches (nº18)












Las Islas Canarias, y particularmente Tenerife, no ha dejado de ocupar, desde hace cientos de años, una posición de excelencia y privilegio en el ámbito de la historia de las ciencias. La razón que se esconde tras esta realidad viene secundada, en parte, por la valía intelectual de un importante número de personalidades científicas que hicieron escala en esta isla, aupándola a unas cotas de conocimiento y de fama mundiales. La identidad de las figuras que integran esa pléyade de visitantes nos asombra, remontándose al siglo XVII los primeros testimonios que elegían este territorio insular por sus capacidades naturales y paisajísticas, definiendo Tenerife y su Teide como espacios singulares por su especificidad y condiciones naturales intrínsecas. 

Uno de los ejemplos más preclaros de ese impacto mediático fue el naturalista alemán Alexander von Humboldt [1769-1848], sin lugar a dudas, uno de los referentes académicos que auspiciaron que Tenerife llegase a ese nivel de máxima resonancia con un reconocimiento inigualable de alabanza hacia su ecosistema y su belleza natural. Las palabras del erudito germano hipnotizaron a decenas y decenas de otros estudiosos, entre ellos Charles Darwin, Charles Lyell o Leopold von Buch, que no dudaron en reconocer y repetir el eco de esas alabanzas.
Concretamente el 19 de junio de 1799, hace 220 años, el bergantín “Pizarro” recalaba en Santa Cruz de Tenerife, desembarcando en ese puerto Humboldt en compañía de su ayudante en la expedición, Aimé Bonpland. Con esta escala daba inicio una intensa semana que iba a llevar al equipo científico al norte de la isla primero y a la cima de El Teide después. 

La repercusión de las impresiones botánicas que cautivaron al naturalista alemán, particularmente la innovadora idea de los pisos de vegetación, del influjo de la climatología en la altura y la calidad de los ecosistemas fueron estereotipos que, gracias a la mirada de Humboldt, convirtieron la isla de Tenerife en un paradigma envidiable de la Naturaleza. 
Vista de Santa Cruz en torno a 1825 de J.J. Williams. Reproducida en:
 Histoire naturelle des îles Canaries de Philip Barker-Webb y Sabin Berthelot. 
Tomo I.3. Les miscellanées canariennes, planches (nº6)

Texto de Daniel García Pulido

Notas:
--Disponible en Patrimonio Bibliográfico Lacunense la obra: Alexander von Humboldt's Reisen in Amerika und AsienBd. 1-2 Reisen in die Aequinoctial-Gegenden Amerika's, publicada en Berlín entre 1857 y 1858, donde se describe su llegada a Santa Cruz de Tenerife y su estancia en la isla.

--Las imágenes proceden de: Histoire naturelle des îles Canaries. Tomo I.3. Les miscellanées canariennes, planches, de Philip Barker-Webb y Sabin Berthelot, publicada en París entre 1836-1844. La imagen que encabeza es tomada de los fondos de nuestra Biblioteca y la segunda digitalizada en Bayerische Staatbibliothek, München. Estas vistas serían, con muy pocos cambios, las que Humboldt pudo ver al llegar a Santa Cruz de Tenerife y son grabados hechos en base a los dibujos de James J. Williams aproximadamente hacia 1825.

1 comentario :

  1. El teide, llegar a él me fue super difícil, una larga caminata, cansancio, mucha agua y las ganas de verlo de cerca en inactividad, en realidad vale la pena llegar a sus faldas.

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