Llega la octava edición del Día de las Escritoras, bajo el lema El placer, la alegría y la risa de las mujeres: "El placer ante el disfrute de la naturaleza, los viajes, la comida, los conocimientos; el placer del erotismo sin culpabilidad, de la lectura y la escritura; la afilada sonrisa de la sátira [...] Porque la risa y la alegría son transgresoras en sociedades que aún exigen a las mujeres un cierto recogimiento y modestia. Sometimiento y silencio."
Entre las precursoras de escribir como no se espera de ellas recordamos a Agustina González y Romero (1820-1897). Conocida como “La Perejila”, parte de su obra ha llegado hasta hoy gracias a algunos estudios y recopilaciones modernas, que reividicaron el lugar de su poesía en la literatura canaria del siglo XIX. Sus creaciones de carácter satírico y escatológico fueron las más conocidas, y en su momento repudiadas, permaneciendo en la memoria popular más que en la academia.
Según Elsa López, “La Agustina dolorida y desgarradora a quien le pesa demasiado su soledad y su desesperanza, es una desconocida para muchos, y cuando aparece en escasas ocasiones, su público la rechaza […]. Muere pobre y olvidada”.
Calle de San Agustín,
Siempre llena de disputas,
¿cómo albergas tantas p…
desde el principio hasta el fín? (sic.)
No olvidamos aquellas obras que no buscan nuestra sonrisa, sino que intentan provocar reacciones nada condescendientes. El ingenio y el uso de un lenguaje local, basado en la oralidad y a menudo provocador, desafían la sensibilidad de un público desprevenido. Hablamos, entre otras, de las obras de Yolanda Delgado (1967-), Yanet Acosta (1975-), Raquel Antúnez (1981-), Melani Garzón Souza (1988-), Meryem El Mehdati (1991-), Andrea Abreu (1995-) y Aída González Rossi (1995-).
(Leche condensada. Aída González Rossi)
No solo letras
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Emilia Mesa. Castalia, año 1, nº 16 |