Dr. Agustín Pisaca |
A pesar del drama familiar, a principios del siglo XX, dedicó todos sus esfuerzos en combatir las epidemias de paludismo y viruela. En 1906, en la peor de todas las plagas, la peste bubónica, el doctor Pisaca dejó nuevamente a su familia, encerrándose en el hospital que organizó en el Lazareto, logrando reducir la mortalidad del 37 al 9 por ciento. En Tacoronte adecuó el edificio de la Alhóndiga para el aislamiento de los enfermos. También logró que se construyera un cementerio en condiciones en este municipio, ya que la necrópolis era un pudridero de cuerpos mal enterrados.
Se podrían contar muchas cosas de este ejemplar doctor que murió en Tacoronte el 21 de agosto de 1935. Si bien, lo más importante de este relato, es entender la importancia que tiene quedarnos en nuestras casas, y la necesidad que tiene todo el personal sanitario, entre otros colectivos, de recibir cada noche los aplausos de todos los españoles.
Enrique Acosta
Enrique Acosta Dorta es un estudioso de la historia de Canarias, de Tacoronte en especial, fotógrafo y autor de diversas obras que se encuentran en nuestra biblioteca.
Para saber más del impacto que en el pasado tuvieron las epidemias en Canarias y cómo se afrontaron pueden consultar documentos sobre peste, cólera, viruela o fiebre amarilla en Patrimonio Bibliográfico Lacunense.
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