La Biblioteca Canaria rinde homenaje al cronista Luis Cola Benítez, recientemente fallecido, con este artículo de nuestro compañero e investigador Daniel García Pulido.
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Luis Cola Benítez (1933-2016) |
Siempre se ha dicho que hay y ha habido personas que,
desde sus primeros años, tienen marcada una senda, un espacio concreto que va a
definir sus vidas y su manera de fundirse con lo que les rodea. Luis Cola Benítez, a cuya memoria van dirigidas estas líneas, era un ejemplo invaluable
de ese designio atemporal que juega con nosotros y con nuestra existencia… Si
alguien estaba destinado a ser cronista oficial de Santa Cruz de Tenerife desde
su nacimiento era él.
Podemos imaginarlo fácilmente deambulando, bajo esa
candidez infantil que se apropia de todo con un interés y entusiasmo
desmedidos, entre los fondos de la exquisita colección de antigüedades canarias
reunida por su abuelo materno, el impresor Anselmo J. Benítez, dejándose
hechizar de manera indeleble por el roce y la lectura de los manuscritos ajados
por el tiempo, por la contemplación de los huesos y cráneos guanches en las
vitrinas, por la infinidad de objetos, artilugios y especímenes guardados con
cariño por su antepasado, desde animales disecados, a rocas, minerales, monedas
o instrumentos de laboratorio.

Si a ese componente romántico asociado a la cercanía de testimonios del pasado le añadimos la huella de su querido padre, Joaquín Cola Escolano, uno de los fundadores del Club Deportivo Tenerife, del que nuestro Luis llegaría a ser, andados los decenios, socio nº 1, tendremos ese aditivo pasional que bañaría de forma innegable no solo su quehacer humano, su propia vida, sino particularmente su producción investigadora.
Su devenir vital aparece revestido siempre de humildad, una sencillez, un compromiso que solo pudieron haber tenido origen en una educación paternal exquisita, plena de admiración y respeto.
En no pocas ocasiones nos recordaba Luis sus largas
exploraciones a pie junto a su progenitor, descubriendo los mil y un rincones
de esta isla de Tenerife que esperan mostrarse a quienes tienen el tesón, la
paciencia y el apego por ir en su busca, especialmente aquel singular trayecto
que les llevó a ambos desde Santa Cruz de Tenerife a subir a La Laguna,
recorrer todo el norte insular y, pasando por La Orotava, ascender a El Teide
en lo que era un homenaje a todos aquellos viajeros de centurias pasadas que
ascendieron a la vieja cumbre siguiendo ese mismo trazado.
Sabedores de su esencia no extraña que su obra
investigadora englobe la esencia íntegra de su ciudad natal, Santa Cruz de
Tenerife. Ese marchamo bibliográfico dio comienzo con su interés por los
barrancos de Añazo -auténticas arterias de la capital que han marcado su
desarrollo, su figura urbana-, para continuar con el estudio del abastecimiento
de sus aguas –auténtica “sangre” de la urbe, que le da razón de vida- y de las epidemias que asolaron este enclave a lo largo de la historia.
Su afán derivó a
darle contenido a ese entramado ya configurado, adentrándose en la fundación,
en el simbolismo de sus nombres y sus calles, en las claves iniciales que
dieron paso a la génesis de una población que cuenta su pasado en cinco largas
centurias.
La Gesta del 25 de Julio de 1797 fue uno de sus escenarios
preferidos, rescatando la figura de un héroe santacrucero, Francisco Grandi Giraud, avezado teniente de artillería de milicias a quien la capital debe gran
parte del éxito sobre el asalto británico liderado por Nelson.
Crítico defensor de la deslavazada realidad patrimonial
santacrucera, a Luis Cola le debemos la salvación, entre otros entornos, del
famoso Puente del Cabo –primera construcción de ese tipo en la isla-, de la
batería de San Francisco, de la Plaza de Toros, y de tantos y tantos espacios
condenados a la desaparición bajo la desidia y desinterés de las autoridades.
Su preocupación firme fue reconocida con varios premios
periodísticos por su labor de erudición investigadora. También recibió merecidamente la Cruz
del Mérito Militar con distintivo blanco, por la fundación, junto a José Luis
García Pérez, de la Tertulia de Amigos del 25 de Julio, asociación que nuestro cronista lideró
desde sus inicios para elevarla a cotas de excelencia en el
asesoramiento patrimonial de Santa Cruz de Tenerife.
En nuestra retina quedará para siempre su rutina
diaria, verdadera lección de compromiso con la capital, con ese paseo matutino,
aún envuelto en las sombras del temprano amanecer, que le llevaba a las
instalaciones de su querido Real Club Náutico, donde tras un chapuzón en las
aguas del muelle, tomaba rumbo al archivo municipal. Una vez allí, año tras
año, en una paciente y metódica labor de detective, desgranó la realidad del
pasado de la urbe chicharrera a través del estudio de las actas de la corporación,
redescubriendo para nosotros una fuente primordial con la que ver con otra
mirada la evolución, venturas y desventuras de Santa Cruz de Tenerife. Avanzada
la mañana abandonaba el archivo para dirigirse al encuentro de su querida
esposa, Luz, su compañera en esta preciosa vida, y por la tarde no era extraño
verle acudiendo a toda actividad, acto o acontecimiento que diera lustre al
contexto cultural de la ciudad.
Su voz resuena aún en el Casino, en el Colegio
de Médicos o de Farmacéuticos, en el salón de sesiones del Ayuntamiento y en
todos aquellos lugares donde impartió charlas y conferencias que nos llevaron,
por momentos, a viajar a un Santa Cruz que Luis Cola conocía como pocos…, ese
Santa Cruz orgulloso de contar con un Gabinete Instructivo, con figuras como
Villalba Hervás, Patricio Estévanez, Felipe Poggi…, ese Santa Cruz recorrido
por barrancos ancestrales, con el susurro del agua en las canales…, ese Santa
Cruz, en fin, que se enorgullece de ser la cuna de figuras que se desviven por
enaltecer su razón de ser, su pasado y su futuro más cercanos.
Daniel García Pulido
Biblioteca Canaria
Universidad de La Laguna
Notas
Las imágenes son propias.
Además de sus publicaciones en revistas especializadas, Luis Cola Benítez colaboró con numerosos artículos en los diarios El Día y La Opinión de Tenerife. Encontrará los publicados desde 1996 en nuestra prensa digitalizada. Si no está conectado a la red universitaria, pulse en este enlace y valídese con su nombre y contraseña.
Bibliografía completa de Luis Cola Benítez en nuestro catálogo.
Obras reseñadas en el artículo:
COLA BENÍTEZ, L.. Barrancos de Añazo. Santa Cruz de Tenerife: Ayuntañmiento, 1986.
____. Fundación, raíces y símbolos de Santa Cruz de Tenerife: (apuntes históricos). Santa Cruz de Tenerife: Ayuntamiento, 2006.
____. El Gabinete Instructivo de Santa Cruz de Tenerife (1869-1901). Santa Cruz de Tenerife: Ayuntamiento, 2001.
____. La historia del 25 de julio de 1797 a la luz de las fuentes documentales. García Pulido, Daniel; Rumeu de Armas, Antonio (pról.). Santa Cruz de Tenerife: Ediciones del Umbral: Tertulia de Amigos del 25 de Julio de 1797, 1999.
____. Miguel Villalba Hervás: un repúblico íntegro: cartas a Patricio Estévanez. Santa Cruz de Tenerife; Idea, 2003.
____. Reflexiones sobre el ataque de Nelson a Santa Cruz de Tenerife (1797): a propósito de un documento olvidado. Santa Cruz de Tenerife: Goya, 1991.
____. Santa Cruz, bandera amarilla : epidemias y calamidades (1494-1910)
2ª ed.Santa Cruz de Tenerife : Idea, 2005.
____. Sed: la odisea del agua en Santa Cruz de Tenerife. Santa Cruz de Tenerife: Emmasa, [2010].
ONTORIA OQUILLAS, P.. Fuentes documentales del 25 de julio de 1797: fuentes documentales del 25 de julio de 1797 de la victoria del General Gutiérrez, las tropas regulares y las milicias isleñas sobre la escuadra inglesa del Contralmirante Nelson. Cola Benítez, L. y García Pulido, D. ,recop., transcrip. y notas. Santa Cruz de Tenerife: Ayuntamiento, 1997.