martes, 1 de septiembre de 2015

Cumpleaños del Círculo de Bellas Artes, entre la tradición y la modernidad

La Prensa (08/09/1925)
Con esta pequeña nota de prensa se anunciaba en septiembre de 1925 el nacimiento del Círculo de Bellas Artes, un centro cultural que sería el campo de batalla de las principales corrientes estéticas e intelectuales de Canarias en la primera mitad del siglo XX.

Tristes años 20
El cambio de siglo no había mejorado gran cosa el desolado paisaje artístico e intelectual de Canarias. En las primeras décadas apenas existían unas cuantas sociedades culturales, 
algo más activas en Tenerife, que celebraban conferencias y exposiciones ocasionales, como el Ateneo de La Laguna o el Círculo de Arte de Tenerife y el Ateneo Tinerfeño en Santa Cruz.


Todo comenzó de la mano del pintor Francisco Bonnín (1874-1963), quien -en un movimiento maestro apoyado por el Cabildo tinerfeño- convierte la anticuada sociedad recreativa Frégoli en el Círculo de Bellas Artes. El reconocido acuarelista dirige un espacio expositivo abierto y multidisciplinar, en el que encuentran refugio pintores, escultores y escritores de diferentes tendencias. Los representantes del regionalismo más clásico (como el mismo Bonnín, José Aguiar o Torres Edwards) comparten la sociedad con jóvenes intelectuales y creadores inquietos, en una convivencia no exenta de tensiones. 
Junto a las exposiciones de acuarelistas académicos más o menos rancios, en el Círculo se puede asistir también a las conferencias de los redactores de la revista vanguardista La Rosa de los Vientos, debatir sobre el arte y progreso o contemplar las pinturas de un desconocido Óscar Domínguez (1928).


Los excitantes años 30
Obra de Corrales, M., 1999
Los periódicos más importantes de la época -La Prensa y La Tarde, en Tenerife- difunden la intensa actividad que desarrolla en estos años (exposiciones, recitales poéticos, conferencias, etc.), que lo convierten en el centro del debate que agita a la minoría intelectual de la sociedad canaria: definir el modelo cultural de las Islas, elegir entre tradición y cambio, y reivindicar la identidad regional evitando el provincianismo decimonónico. La balanza se inclina del lado de los "modernos": se organiza en Tenerife la primera exposición colectiva de artistas grancanarios (miembros de la Escuela Luján Pérezque inaugura Pedro García Cabrera e ingresan en la junta directiva Eduardo Westerdahl y Domingo López Torres, quienes integrarán la Sección de Literatura del Círculo de Bellas Artes junto a Domingo Pérez Minik. Como órgano de expresión de la Sección nace la revista Gaceta de Arte y, en torno a ella, todo un movimiento artístico que insertó a Tenerife en el circuito de las vanguardias europeas, como nos recuerda la celebración en el Círculo de la Exposición Surrealista Internacional.

La vida del Círculo de Bellas Artes refleja la realidad del país. Sus debates mueren con la Guerra Civil y la sociedad entra en un largo y oscuro paréntesis oficialista. Poco a poco, y con la participación de incansables activistas como Westerdahl, intenta despertar de su letargo (edita varias revistas de poesía -Mensaje y Gánigo- y acoge exposiciones de artistas innovadores, como los grancanarios Felo Monzón, Lola Massieu y Pino Ojeda), pero ya no volverá a ser el agitador principal de la vida cultural y artística tinerfeña del siglo XX. Su lugar fue ocupado durante algunos años por el Museo Municipal de Santa Cruz de Tenerife, comandado por Pedro Tarquis y Antonio Vizcaya, aunque ninguna institución local volvió a desempeñar un papel intelectual de tanta trascendencia.


90 años y un futuro prometedor 
La historia reciente del Círculo de Bellas Artes está aún por escribir. En los últimos años varios artistas e intelectuales comprometidos intentaron revitalizarlo con un éxito relativo. Recientemente, un nuevo equipo de jóvenes profesionales y expertos en gestión cultural está dando la vuelta a la institución. Al mismo tiempo que reivindican los hitos de su pasado, utilizan con habilidad las nuevas tecnologías, las redes sociales y la mercadotecnia para difundir propuestas atrevidas, y desarrollan una intensa actividad que incluye exposiciones multidisciplinares, performances, convocatorias internacionales, conferencias, cursos y festivales de cine. Es un proyecto renovado, ambicioso y muy interesante, que podría dar una nueva vida a la institución. 
Visiten su web y descubrirán el nuevo Círculo de Bellas Artes.


En la Biblioteca Canaria hemos expuesto una pequeña selección de las publicaciones relacionadas con el Círculo de Bellas Artes y sus protagonistas desde los inicios: primeros catálogos, estatutos, libros y revistas editados, anuncios, biografías, estudios especializados, etc. Desde la Prensa digitalizada puede acceder a las informaciones que se publicaron sobre sus actividades y a los debates que diferentes artistas e intelectuales de la época mantenían en los medios.

Fuentes y más información
Como breve introducción al concepto de las vanguardias históricas en Canarias véase Sánchez Robayna, A.: Para la historia de una aventura: las vanguardias históricas. En Atlántica (n.2/2003). Además:
ABAD, A.: La identidad canaria en el arte. La Laguna: CCPC, 2001
CANARIAS SIGLO XX: instrumentos para el análisis del arte de un siglo. Canarias: Viceconsejería de Cultura y Deportes, 2001
PÉREZ, D.: Isla y literatura. Santa Cruz de Tenerife: Caja General de Ahorros, 2004
TRUJILLO, A.: Francisco Bonnín, sentimental y acuarelista. Santa Cruz de Tenerife: Caja General de Ahorros, 1974

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