Editorial Idea |
La condesa Olga Meraviglia superaba los 60 años cuando emprendió su viaje a Tenerife en 1906. La impenitente viajera austríaca quería saborear nuevas experiencias, disfrutar de los paisajes y conocer las costumbres locales. La condesa describe su encuentro con el rey Alfonso XIII, con quien coincide en su visita a Canarias, y los fastos que la capital organiza en su honor. Acompañada por el cónsul, descubre el cultivo de la cochinilla, hace una expedición al (miserable) barrio de San Andrés, habla de la belleza del Barranco de Santos, de las cuevas donde vive gente humilde...Y se queja de los viajes en burro y de las moscas. El relato continúa con sus excursiones al norte de Tenerife, la visión del Teide y sus impresiones sobre todo lo que observa. Ejemplares de La condesa en la Biblioteca Canaria.
El diario de Luise Schmidt
Editorial ZECH |
El estudio de los relatos de viajeros -en su mayoría alemanes, franceses y británicos- y su percepción de la realidad insular, protagonizan una de las líneas de investigación más activas de la historiografía actual de Canarias. La traductora y estudiosa de la primera obra referida y responsable del prólogo de la segunda, Elia Hernández Socas, pertenece al destacado Grupo de investigación Can-Al (ULL), que estudia las relaciones entre Canarias y el ámbito cultural-lingüístico alemán y se ha especializado en la localización de fuentes, su traducción y estudio.
Independientemente de su finalidad original o autoría, los relatos de extranjeros son a menudo fuente básica para el conocimiento de nuestra historia: nos cuentan qué vieron en las Islas y cómo lo interpretaron, desde que Canarias entró en el imaginario europeo con los relatos extraordinarios de los primeros exploradores. Luego llegaron las descripciones de los cronistas de la conquista y, desde finales del s. XV, las anotaciones de comerciantes extranjeros y viajeros eruditos. Algo más tarde se difundieron por Europa los informes de las expediciones científicas y, con el mayor conocimiento de las Islas, proliferaron los primeros turistas y sus relatos. Muchas de estas "miradas ajenas" y algunas otras están disponibles en sus ediciones originales o en traducciones comentadas en la Biblioteca Canaria de la ULL.
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