Parecía que había un consenso científico con respecto a los lugares del mundo donde hay mayor biodiversidad marina: en los trópicos. Las aguas cálidas siempre han sido consideradas como ese paraíso de las especies de peces que, además, hay que proteger. Todo, hasta hoy en la que la ciencia ciudadana ha apoyado a la oficial para dar la vuelta a este precepto internacionalmente aceptado. Ahora, los puntos calientes de biodiversidad no son los trópicos sino las aguas templadas e, incluso, las más frías cercanas a los polos.
Así lo certifica un estudio publicado en la prestigiosa revista científica Nature y firmado por Rick D. Stuart-Smith, de la Universidad de Tasmania, como autor principal y por el investigador del Instituto de Productos Naturales y Agrobiología del CSIC en Canarias, Mikel Becerro quien insiste en que este descubrimiento cambiará tanto el abordaje científico como las normativas internacionales de protección del medio marino.
Fuente: Principia
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