jueves, 15 de mayo de 2025

Lest We Forget: La odisea del Britannia y la acogida de sus náufragos en Tenerife (1941)

El hecho de trabajar diariamente en una biblioteca, en un centro documental o en un archivo, de cara a los investigadores y personas amantes de los entresijos de la Historia, puede deparar recompensas inesperadas... y eso precisamente ha ocurrido a finales del pasado mes de abril, cuando el Fondo de Canarias de la Biblioteca General y de Humanidades de la Universidad de La Laguna recibió una visita singular: Charles Anthony Sangster Paterson, quien acudía con la firme intención de donar un valioso documento.
Se trataba de un relato mecanografiado, escrito en inglés, de unas 40 páginas, en el que su padre, el teniente naval Anthony J.E.P. Sangster (1921–1992), relataba las duras circunstancias que vivió como náufrago tras el hundimiento del mercante Britannia en el que viajaba. Esta embarcación, de 8.800 toneladas, había zarpado de Liverpool con rumbo a La India pero vio truncada su singladura al ser atacada el 25 de marzo de 1941 por el crucero auxiliar alemán Thor —bajo el mando del capitán Otto Kähler— a unas 750 millas al oeste de Sierra Leona. La nave británica, construida apenas quince años antes, en 1926, en los astilleros Stephen & Sons de Glasgow para la compañía Anchor Line, iba provista únicamente con un cañón defensivo en la popa, armamento claramente insuficiente ante el arsenal del Thor, que además engañó al Britannia enarbolando bandera japonesa para acercarse de forma furtiva a su víctima.

Cabo de Hornos, buque español.
La imagen procede de 
Biblioteca ULL. Archivo personal de Juan Antonio Padrón Albornoz
El hundimiento de la embarcación dejó un trágico balance: de los 484 pasajeros y tripulantes, 249 perecieron. Algunos botes salvavidas que pudieron huir del trágico escenario fueron rescatados en los días posteriores por barcos de distintas nacionalidades, dándose el caso de que una de las lanchas atravesase el Atlántico en una heroica travesía de veinte días arribando a Brasil sana y salva. Uno de los buques salvadores, el mercante español Cabo de Hornos, de la empresa Ibarra y en su itinerario desde Buenos Aires a la Península, pudo salvar a 77 náufragos que habían pasado cinco días a la deriva. Entre ellos se hallaba el teniente Sangster, cuya vida, junto a la de muchos otros, quedó en perpetua deuda a la intervención de una baronesa hispano-americana (de identidad que hasta la fecha nos es desconocida) embarcada en el mismo buque español. Fue ella quien convenció al capitán de seguir buscando supervivientes, tras avistar los primeros botes en alta mar, y la que se desvivió por brindar ropas de su marido para vestir a los desharrapados náufragos, con quienes se comunicaba en lengua francesa.
Este acontecimiento, se enmarca en los sucesos de la II Guerra Mundial (1939-1945), de los cuales parece que Canarias quedó en un segundo plano, pero su ubicación estratégica en medio del Océano Atlántico, provocó que se relacionara con ambos bandos del conflicto armado. Cabe señalar que tanto la Alemania nazi como la Italia fascista apoyaron activamente al general Franco durante la Guerra Civil española (1936-1939) y ambos estados quisieron recuperar el favor, cuando Hitler se reunió con Franco en Hendaya, el 23 de octubre de 1940, con el fin de que España se incorporase a la contienda militar en el bando de las potencias del Eje, algo que finalmente no sucedió principalmente por las altas pretensiones del mandatario español que quería una amplia lista de territorios en África con el fin de recuperar el viejo imperio colonial y, sobre todo, por el estado en el que se encontraba España, devastada por tres años de una cruenta guerra. Técnicamente España seguía del lado de Alemania y de Italia, pero este hecho quizás pudo generar tensión entre estos países, puesto que, al final, la isla de Tenerife dio socorro a los británicos, considerados como los enemigos primordiales en ese momento del conflicto, especialmente en el caso español por la influencia que ejercía el ministro Serrano Suñer, que más adelante trataremos.
Debemos tener en cuenta, para hacernos idea del contexto en el que se encontraba la guerra cuando los supervivientes del hundimiento del Britannia llegaron al puerto de Santa Cruz, que el conflicto mundial ya empezaba a tornarse hacia el bando de los Aliados y esto se materializaría con la entrada a la guerra de los Estados Unidos, en diciembre de ese mismo año, tras el ataque a Pearl Harbour.
Noticia del rescate
 
El Día del 04/04/1941
El Cabo de Hornos desembarcó a los rescatados en Santa Cruz de Tenerife el 3 de abril de 1941, tal y como recogió además puntualmente la prensa local (El Día , 4 de abril, p. 2). Debido a su delicado estado de salud fueron atendidos por la Cruz Roja en aquel puerto, siendo trasladados para su recuperación a la Clínica Zerolo, bajo la atención de los facultativos Manuel Fernández de Villalta y Tomás Zerolo Fuentes. Tras los primeros cuidados, en su mayor parte fueron alojados en los hoteles Spragg y Pino de Oro, ambos bajo titularidad inglesa, y donde también además residía el personal del consulado británico. Su repatriación no fue inmediata y ello dio lugar a una estancia, casi en régimen de internamiento, en la ciudad de Santa Cruz de Tenerife, que se prolongaría por espacio de cuatro meses. Bajo las pautas del cumplimiento de las leyes internacionales sobre personal militar en tiempos de guerra, y en gran parte debido a la delicada situación política de España en aquellos años, cuyo ministro de Asuntos Exteriores, Ramón Serrano Suñer —de conocida simpatía por las potencias del Eje— mantenía tensas relaciones con el embajador británico en Madrid, sir Samuel Hoare, las circunstancias no fueron las más idóneas para la negociación. Únicamente el paso de los meses, con los acontecimientos nacionales que motivaron el creciente distanciamiento de Francisco Franco respecto a la línea germanófila de Serrano Suñer, propiciaron que finalmente llegase la autorización para el retorno de los náufragos a su patria.
Durante su estancia en Tenerife, Sangster y el resto de supervivientes quedarían eternamente agradecidos por el trato recibido por las autoridades y por la población isleña. El testimonio que ha sido depositado en la Universidad de La Laguna se inscribe en la línea de los relatos ya conocidos sobre el fatal hundimiento, como los de Jack Arkinstall, Alfred Warren, Donald Brown o Spencer Mynott, quienes también recogen con detalle sus experiencias en la isla. 
El relato de Sangster, además de documentar el naufragio, aporta entrañables anécdotas personales. En él cuenta, entre otros detalles, su paso por el hospital, los cuidados recibidos por las enfermeras Mrs. Carse y Mrs. Smith, y una curiosa amistad con una joven llamada Consuelo, vigilada de cerca por su estricta madre. Sangster intentó aprender español con ella, intercambiando poemas y piropos literarios. "Consuelo había dicho a sus padres que yo era un profesor de los piropos", recordaba con humor. A través de sus páginas podemos conocer cómo siguieron su día a día de estancia en la capital, que arrancaba con una sencilla formación militar de recuento, con las consabidas palabras de ánimo y oraciones religiosas, seguida de actividades que podían incluir paseos por la ciudad, partidas de tenis o incluso bañarse en el mar. Según sus propias palabras, "fuimos tratados con mucha humanidad por los españoles".
El título del manuscrito, Lest We Forget, alude a la célebre expresión del poema Recessional de Rudyard Kipling, también utilizada en la Ode of Remembrance, cargada de emotividad y memoria histórica en los ambientes bélicos. La historia del Britannia y sus supervivientes no es solo una muestra del drama de las contiendas navales sino también un capítulo poco conocido de las relaciones entre Canarias y la II Guerra Mundial. Llevados por nuestra imaginación, por momentos uno puede contemplar aquel Santa Cruz de Tenerife de 1941 como la Casablanca del inolvidable Humphrey Bogart e Ingrid Bergman, donde ese espacio neutral propiciaba situaciones de bloqueo de viajeros a la espera de pasaportes, salvoconductos u otros permisos, en un ambiente complicado, de recelos, espionaje y tenso conflicto. Gracias a las generosas donaciones como la del Sr. Sangster Paterson, cargadas de emotividad, recuerdos y sensaciones insondables, estos episodios resurgen del olvido para enriquecer nuestro valioso patrimonio documental y ofrecer nuevas y enriquecedoras perspectivas para próximos estudios. Son relatos de vida, experiencias que parecen lejanas en el tiempo pero que se encuentran cargadas de un claro componente emocional y simbólico, circunstancia que no encontraríamos nunca en otras fuentes que podríamos considerar como oficiales. En líneas generales, este testimonio coloca a Santa Cruz, y en general, a la isla de Tenerife, en la órbita de un conflicto triste y oscuro de la historial mundial que tuvo repercusión en todo el planeta.

Texto

Francisco B. Cabrera Alonso

Daniel García Pulido

Enlace al documento en el catálogo: https://absysnet.bbtk.ull.es/cgi-bin/abnetopac?TITN=670781

lunes, 17 de marzo de 2025

La sombra del vilano: en la muerte de Andrés Sánchez Robayna

Hace unos días nos dejaba Andrés Sánchez Robayna, catedrático de Literatura Española de la Universidad de La Laguna, poeta, crítico y ensayista, autor de una amplia y sólida obra y, por encima de todo, una de las voces líricas más relevantes de la poesía contemporánea en lengua española.

Fotografía: Diego Moneva
Nació en Santa Brígida (Gran Canaria), en 1952. Cursó estudios de filología española en la Universidad de Barcelona entre 1972 y 1977, años "absolutamente cruciales" ―según el autor― en su formación intelectual. En 1977 leyó su tesis sobre la poesía de Alonso Quesada, escrita bajo la dirección de José Manuel Blecua Teijeiro, una de las grandes figuras de la filología española. Sánchez Robayna inicia en esos años una intensa e incesante actividad que fue materializándose en distintas facetas interconectadas: en la crítica y el ensayo, en la creación de revistas, en la dirección de colecciones literarias, en la edición de textos y antologías, en la traducción de poesía y, por supuesto, en la creación poética.

Como ejemplos de esa actividad no podemos dejar de citar la revista Syntaxis ―que dirigió desde 1983 hasta 1993―, en cuyas páginas fueron apareciendo nombres como Octavio Paz, Iris M. Zavala, Yves Bonnefoy, Alejandro Cioranescu, Edmond Amran el Maleh, Juan Goytisolo o Pilar Gómez Bedate, por citar solo unos pocos; la creación de dos colecciones de referencia, la "Biblioteca canaria de bolsillo" y los "Facsímiles de Canarias"; la edición de Museo Atlántico: antología de la poesía canaria (1983) y ―en colaboración con Eduardo Milán, Blanca Varela y José Ángel Valente― Las ínsulas extrañas: antología de poesía en lengua española (1950-2000) (2004); la edición de las Obras completas (2006-2008) de José Ángel Valente para Galaxia Gutenberg; sus traducciones de poesía moderna, entre las que destaca la de la poesía completa de Salvador Espriu ―realizada en colaboración con Ramon Pinyol―, por la que recibió en 1982 el Premio Nacional de Traducción entre Lenguas Españolas; la puesta en marcha y dirección del Taller de Traducción Literaria de la Universidad de La Laguna; y, entre su obra crítica y ensayística, sus libros sobre Cairasco de Figueroa, Luis de Góngora, sor Juana Inés de la Cruz y sus colecciones de ensayos Deseo, imagen, lugar de la palabra (2011), Borrador de la vela y la llama (2020) y Las ruinas y la rosa (2024).

En esta breve muestra de su trabajo en el terreno de la edición, la traducción, la crítica y el ensayo, llevada a cabo siempre desde Tegueste, la localidad de Tenerife donde residía, es posible distinguir las distintas áreas en que se centró su labor: la literatura canaria, la poesía áurea española ―especialmente la barroca, de la que era un especialista―, la poesía y la pintura modernas y la traducción literaria. Habría que preguntar a un conjunto de especialistas para valorar cabalmente las aportaciones de Sánchez Robayna en cada uno de estos ámbitos.

Hablaremos más detenidamente de su poesía, porque la creación poética siempre constituyó, para Robayna, el centro de gravedad de su trabajo; más aún, el origen de su manera de estar en el mundo. Comenzó su andadura poética en 1970 con la publicación del poema Día de aire. Le siguieron los libros Clima (1978), Tinta (1981), La roca (1984) ―Premio de la Crítica de ese año― y Tríptico (1986), que componen, dentro de su trayectoria poética, un primer ciclo marcado por una inmersión radical en la materialidad de la palabra. Esta exploración no dejó nunca de fundamentar su escritura poética; antes al contrario, constituyó la base de su indagación posterior en el terreno de la poesía meditativa o metafísica, que se inicia con Palmas sobre la losa fría (1989). A este libro le siguieron Fuego blanco (1993), Sobre una piedra extrema (1996) e Inscripciones (1999). Con la publicación de El libro, tras la duna (2002), la poesía de Sánchez Robayna se abría al ámbito de la memoria y la reflexión autobiográfica. Los libros La sombra y la apariencia (2010) y Por el gran mar (2019) constituyen los últimos de una trayectoria poética que la muerte cerró la semana pasada. En 2022 recibía el Prix Mallarmé étranger (Premio Mallarmé en categoría extranjera) por su obra Par la vaste mer (2022), traducción de Por el gran mar realizada por Claude Le Bigot, y en 2023 Galaxia Gutenberg publicaba su poesía completa bajo el título de En el cuerpo del mundo.  

Una faceta estrechamente vinculada a la trayectoria y el pensamiento poéticos del autor fue el diálogo sostenido que mantuvo con ciertas zonas y signos del arte contemporáneo, especialmente con la pintura ―el diálogo con esta llegó a constituir, según sus propias palabras, un verdadero "soporte espiritual (y moral)" en su vida. Escribió sobre la obra de muchos artistas, como Morandi, Salvo, Tàpies, Chillida o Cristina Iglesias. Como muestra de su atención a la pintura no podemos dejar de mencionar su obra Jorge Oramas o el tiempo suspendido (2018), dedicada al pintor grancanario, y de recordar que algunos de sus libros de poemas constituyen libros-objeto escritos en colaboración con artistas; entre ellos, La retama (1995), con Denis Long, Sobre una confidencia del mar griego, precedido de Correspondencias (2005), con Antoni Tàpies, y Reflejos en el día de año nuevo (2008), con José María Sicilia.

En 2019 Sánchez Robayna donó su biblioteca y archivo personales a la Biblioteca de la Universidad de La Laguna. En esta decisión tuvo mucho que ver Marta Ouviña, quien fuera jefa de Sección de Humanidades de la Biblioteca de la Universidad, esposa de Sánchez Robayna, fallecida en 2015, y a quien queremos recordar aquí con inmenso cariño. Debemos aclarar, a este respecto, para aquellos que estén interesados en investigar sobre la obra de Robayna, que, si bien el trabajo de traslado y catalogación de su biblioteca personal se está llevando a cabo de manera gradual, el de su archivo ―que incluye documentación tan importante como su correspondencia con Octavio Paz, Ramón Xirau o José Ángel Valente― aún no se ha efectuado.

Andrés Sánchez Robayna deja tras de sí una obra y un magisterio que constituyen el testimonio de una de las aventuras creadoras e intelectuales más brillantes del ámbito hispánico, una aventura presidida por la pasión crítica, la inteligencia, la hondura y la sensibilidad poéticas.
 
Uno de sus poemas más breves habla de la huella ingrave de nuestros pasos, y del camino, también breve, que todos recorremos:

El vilano

Solo tu sombra
pesa menos que tú
sobre la tierra.

Aún menos que tu sombra
nuestro paso en el polvo.



Acceso al texto completo de Syntaxis en Maresía, la plataforma digital de la Biblioteca.

Selección de obras disponibles en la Biblioteca en el tablero de Pinterest. Obras en el catálogo del autor, donde hay tanto sus libros de poesía y ensayo como sus traducciones, ediciones, introducciones, estudios, separatas o las tesis dirigidas por Robayna y leídas en la Universidad de La Laguna.

lunes, 10 de marzo de 2025

Turista de interior o cómo pensar el mundo desde aquí


Ya está disponible en Maresía la revista de creación e investigación artística Turista de interior, con sus propuestas para repensar la isla desde diferentes disciplinas. En cada volumen investigadores/as y artistas abordan una idea desde diferentes posiciones y metodologías.
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El resultado artístico de la publicación original es difícil de reproducir fielmente (hojas plegadas, diferentes formatos y materiales, etc), pero la digitalización sí nos permite acercanos a sus contenidos apoyados en un magnífico diseño.
“Solar. Acción Cultural” es un equipo de trabajo compuesto por las historiadoras del arte María Dolores Barrena y Dalia Hernández, quienes nos presentan la revista:

Volumen 3 (2019)

Turista de interior es un proyecto editorial iniciado en 2018 por Solar. Acción Cultural Sociedad - Lugar - Arte, que parte de los intereses suscitados por la exposición Turista de interior (2015), un proceso de trabajo que proponía repensar, desde un enfoque artístico, la historia de Tenerife para generar “otra” historia de la isla con una exposición, una serie de acciones y una edición en formato libro/catálogo. A partir de aquí, la idea de isla se amplió hacia todas las direcciones, problemáticas y narrativas posibles.

Surge así Turista de interior. Revista de procesos de isla (2018-2024 ) que se constituye como una publicación semestral para abordar el concepto de isla, de islas, desde distintos lugares, intentando añadir capas de significación a ese siempre controvertido, diverso y extraño accidente geológico/geográfico.

Cada número, en este caso, volumen (su conceptualización es tridimensional), se destina a un espacio simbólico, abordado desde diferentes posiciones por artistas y por investigadoras/es, que aportan metodologías actuales y formas de pensamiento divergente, y que afrontan problemáticas de lo insular y de lo contemporáneo como repoblamiento, vida extremófila, paisajes preconcebidos, extractivismo intensivo, procesos decoloniales, turistificación del territorio, subalternidad, aislamiento o el tiempo/isla.

En todos los volúmenes, la exploración artística  se acompaña con un texto editorial escrito por las historiadoras del arte Lola Barrena Delgado y Dalia de la Rosa, que aporta reflexiones no siempre paralelas; la colaboración de la  fotografía editorial de Mataparda (Tenerife, 1963) y el diseño global de Racso Zehcnas (Colombia, 1984).

 A lo largo de los once volúmenes que componen este trabajo editorial han participado:

Vol. 0: José Herrera (Tenerife, 1956) y Regina de Miguel (Málaga, 1977). Vol. 1: Alejandro Krawietz (Tenerife, 1970). Vol. 2: Alexandra Laudo (Barcelona, 1978), Teresa Arozena (Tenerife, 1973) y Lúa Coderch (Barcelona, 1978). Vol. 3: Marta Ramos-Yzquierdo (París, 1975), Ariadna Guiteras (Barcelona, 1986), Javier Cuevas Caravaca (Murcia, 1973), Ángel Padrón (Tenerife, 1969) y Santiago Palenzuela (Tenerife, 1967). Vol. 4: Régis Feugère (París, 1976) y Diana Padrón (Gran Canaria, 1984). Vol. 5: Mataparda (Tenerife, 1963). Vol. 6: Julia de León (Tenerife, 1977), Carmelo Vega de la Rosa (Tenerife, 1961) y Dea Woon Kang (Corea del Sur, 1972). Vol. 7: Barbará Fluxá (Madrid, 1974), Cristina González Montelongo (Tenerife, 1987) y María Catalina León Arencibia (Gran Canaria, 1951). Vol. 8: Sandra Santana (Madrid, 1978) y Hara Alonso (Astorga, 1990), Vol. 9: Greta Winckler (Buenos Aires, 1992) y Adrián Alemán (Tenerife, 1963). 

 
El volumen 10 está dedicado al estudio de la actividad  turística  y su acción como una cuestión vertebral en las islas, se postula como un lugar de investigación colectiva y de creación en sentido crítico y consciente, así como de memoria y futurabilidad en tanto que intervención artística.

 Solar. Acción Cultural Sociedad – Lugar – Arte (Santa Cruz de Tenerife, 2013-2024), es un proyecto destinado a la investigación, la creación y la producción artística  contemporánea, cuyos lugares de acción son el espacio de vivencia cotidiano y el territorio insular, como ámbitos  naturales para la transmisión del lenguaje simbólico y la  experimentación en términos de análisis del presente.
María Dolores Barrena Delgado
Dalia Hernández de la Rosa



Para saber más:
Acceso a la revista: Maresía

Sobre la "revista/exposición", en la Biblioteca: Volumen, o cómo pensar el mundo desde aquí [...]

Barrena Delgado, M.D.; Hernández de la Rosa, D. (2021). Turista de interior. Revista de procesos de isla: un proyecto editorial como herramienta de  investigación artística.  XXIV Coloquio de Historia Canario-Americana (2020). Texto completo.

Proyectos artísticos de Solar (web)