viernes, 23 de septiembre de 2016

El ladrón de los guantes blancos noventa años después

Islas de Cultura GobCan
'¡Tenerife estará siempre en deuda de gratitud con la casa editora, la dirección artística y los intérpretes de "El Ladrón de los Guantes Blancos"!', clamaban en El Progreso sobre el primer largometraje canario en septiembre de 1926, hace ahora 90 años.

Filmoteca Canaria celebra este aniversario con una nueva proyección de la película en el Paraninfo de la Universidad de La Laguna, el domingo 25 de septiembre, en colaboración con el Festival Internacional de Música de Cine de Tenerife (FIMUCITE).


Acceder al diario
Protocine de Canarias
Los primeros films canarios documentados son de 1906: Lucha canaria y La procesión del Corpus, rodados en Las Palmas por Francisco González Padrón. En 1910 se estrenaron en Tenerife otras dos películas Viaje a través de Tenerife La erupción del volcán de Chinyero, pero los años dorados de la cinematografía canaria no llegaron hasta 1914, con la intervención en el negocio de José González Rivero.

En 1922, este empresario del Teatro Viana de La Laguna fundó la productora Ediciones Rivero, más tarde Rivero Filmsdedicada a filmar documentales y noticiarios. Cuatro años más tarde realiza y estrena el primer largometraje netamente canario, con actores "del país", y rodado en varios municipios de Tenerife (como el Hotel Quisisana y el Casino de Santa Cruz de Tenerife, Las Mercedes y el Camino Largo de La Laguna o el Hotel Taoro, en Puerto de la Cruz). 
También en 1926 Francisco González González fundó en Gran Canaria la productora Gran Canaria Films, que produjo un año más tarde La hija del Mestre, un exitoso drama lírico costumbrista canario, de Carlos Luis Monzón González.


El ladrón de los guantes blancos fue muy bien recibida por el público y la crítica tinerfeña. Apenas se criticó su largo metraje (se exhibía en dos días, aunque "las señoras que hubieran asistido a la primera jornada solo pagarán mitad de precios" en la segunda) y la influencia de las películas americanas en el guión, que gira en torno al robo de un collar durante un baile de disfraces y la persecución del ladrón.
Los diarios resaltaron el trabajo de Rivero y valoraron, ya en aquel entonces, la posibilidad de crear una industria cinematográfica en Canarias y su potencial como plató de rodaje. 
El programa de la orquesta que acompañaba la proyección de la película muda incluía piezas de Strauss, Mozart y Albéniz.


  

Desde la sección de Prensa canaria digitalizada puede acceder libremente a los periódicos de esta época, donde encontrará los anuncios y críticas de la película. 
En este enlace  puede ver las publicaciones sobre el cine canario que se encuentran en nuestra biblioteca y también encontrará en Dialnet algunos artículos a texto completo sobre este tema.

La proyección del Paraninfo de la ULL se acompañará con una interpretación musical, como en el momento de su estreno, y por fin podrá disfrutarse de nuevo en una pantalla grande. Las entradas están disponibles en www.tomaticket.es/paraninfoull y en taquilla a partir de las 18;30 h el día de la proyección, al precio de 5 € para 2 personas.
Éste es el tráiler de la película:




Fuentes y más informacion
La imagen de cabecera y el tráiler  tomados de Islas de Cultura GobCan.
Festival Internacional de Música de Cine de Tenerife (FIMUCITÉ).
Filmoteca Canaria
Documentos en acceso libre
El ladrón de los guantes blancos en Memoria Digital de Canarias.
Cabrera, G.J: Canarias: la frustración del proyecto cinematográfico (1921-1930)
García Rojas, E.: El ladrón de los guantes blancos cumple 90 años. En El Escobillón [11-02-2016] 

miércoles, 7 de septiembre de 2016

Rememorando a Luis Cola Benítez, cronista veraz, investigador apasionado, insustituible amigo

La Biblioteca Canaria rinde homenaje al cronista Luis Cola Benítez, recientemente fallecido, con este artículo de nuestro compañero e investigador Daniel García Pulido.


Luis Cola Benítez (1933-2016)

Siempre se ha dicho que hay y ha habido personas que, desde sus primeros años, tienen marcada una senda, un espacio concreto que va a definir sus vidas y su manera de fundirse con lo que les rodea. Luis Cola Benítez, a cuya memoria van dirigidas estas líneas, era un ejemplo invaluable de ese designio atemporal que juega con nosotros y con nuestra existencia… Si alguien estaba destinado a ser cronista oficial de Santa Cruz de Tenerife desde su nacimiento era él.
Podemos imaginarlo fácilmente deambulando, bajo esa candidez infantil que se apropia de todo con un interés y entusiasmo desmedidos, entre los fondos de la exquisita colección de antigüedades canarias reunida por su abuelo materno, el impresor Anselmo J. Benítez, dejándose hechizar de manera indeleble por el roce y la lectura de los manuscritos ajados por el tiempo, por la contemplación de los huesos y cráneos guanches en las vitrinas, por la infinidad de objetos, artilugios y especímenes guardados con cariño por su antepasado, desde animales disecados, a rocas, minerales, monedas o instrumentos de laboratorio.

Si a ese componente romántico asociado a la cercanía de testimonios del pasado le añadimos la huella de su querido padre, Joaquín Cola Escolano, uno de los fundadores del Club Deportivo Tenerife, del que nuestro Luis llegaría a ser, andados los decenios, socio nº 1, tendremos ese aditivo pasional que bañaría de forma innegable no solo su quehacer humano, su propia vida, sino particularmente su producción investigadora.
Su devenir vital aparece revestido siempre de humildad, una sencillez, un compromiso que solo pudieron haber tenido origen en una educación paternal exquisita, plena de admiración y respeto.
En no pocas ocasiones nos recordaba Luis sus largas exploraciones a pie junto a su progenitor, descubriendo los mil y un rincones de esta isla de Tenerife que esperan mostrarse a quienes tienen el tesón, la paciencia y el apego por ir en su busca, especialmente aquel singular trayecto que les llevó a ambos desde Santa Cruz de Tenerife a subir a La Laguna, recorrer todo el norte insular y, pasando por La Orotava, ascender a El Teide en lo que era un homenaje a todos aquellos viajeros de centurias pasadas que ascendieron a la vieja cumbre siguiendo ese mismo trazado.

Sabedores de su esencia no extraña que su obra investigadora englobe la esencia íntegra de su ciudad natal, Santa Cruz de Tenerife. Ese marchamo bibliográfico dio comienzo con su interés por los barrancos de Añazo -auténticas arterias de la capital que han marcado su desarrollo, su figura urbana-, para continuar con el estudio del abastecimiento de sus aguas –auténtica “sangre” de la urbe, que le da razón de vida- y de las epidemias que asolaron este enclave a lo largo de la historia. 
Su afán derivó a darle contenido a ese entramado ya configurado, adentrándose en la fundación, en el simbolismo de sus nombres y sus calles, en las claves iniciales que dieron paso a la génesis de una población que cuenta su pasado en cinco largas centurias. 
La Gesta del 25 de Julio de 1797 fue uno de sus escenarios preferidos, rescatando la figura de un héroe santacrucero, Francisco Grandi Giraud, avezado teniente de artillería de milicias a quien la capital debe gran parte del éxito sobre el asalto británico liderado por Nelson.

Crítico defensor de la deslavazada realidad patrimonial santacrucera, a Luis Cola le debemos la salvación, entre otros entornos, del famoso Puente del Cabo –primera construcción de ese tipo en la isla-, de la batería de San Francisco, de la Plaza de Toros, y de tantos y tantos espacios condenados a la desaparición bajo la desidia y desinterés de las autoridades. Su preocupación firme fue reconocida con varios premios periodísticos por su labor de erudición investigadora. También recibió merecidamente la Cruz del Mérito Militar con distintivo blanco, por la fundación, junto a José Luis García Pérez, de la Tertulia de Amigos del 25 de Julio, asociación que nuestro cronista lideró desde sus inicios para elevarla a cotas de excelencia en el asesoramiento patrimonial de Santa Cruz de Tenerife.

En nuestra retina quedará para siempre su rutina diaria, verdadera lección de compromiso con la capital, con ese paseo matutino, aún envuelto en las sombras del temprano amanecer, que le llevaba a las instalaciones de su querido Real Club Náutico, donde tras un chapuzón en las aguas del muelle, tomaba rumbo al archivo municipal. Una vez allí, año tras año, en una paciente y metódica labor de detective, desgranó la realidad del pasado de la urbe chicharrera a través del estudio de las actas de la corporación, redescubriendo para nosotros una fuente primordial con la que ver con otra mirada la evolución, venturas y desventuras de Santa Cruz de Tenerife. Avanzada la mañana abandonaba el archivo para dirigirse al encuentro de su querida esposa, Luz, su compañera en esta preciosa vida, y por la tarde no era extraño verle acudiendo a toda actividad, acto o acontecimiento que diera lustre al contexto cultural de la ciudad. 
Su voz resuena aún en el Casino, en el Colegio de Médicos o de Farmacéuticos, en el salón de sesiones del Ayuntamiento y en todos aquellos lugares donde impartió charlas y conferencias que nos llevaron, por momentos, a viajar a un Santa Cruz que Luis Cola conocía como pocos…, ese Santa Cruz orgulloso de contar con un Gabinete Instructivo, con figuras como Villalba Hervás, Patricio Estévanez, Felipe Poggi…, ese Santa Cruz recorrido por barrancos ancestrales, con el susurro del agua en las canales…, ese Santa Cruz, en fin, que se enorgullece de ser la cuna de figuras que se desviven por enaltecer su razón de ser, su pasado y su futuro más cercanos.

Daniel García Pulido
Biblioteca Canaria
Universidad de La Laguna



Notas
Las imágenes son propias.
Además de sus publicaciones en revistas especializadas, Luis Cola Benítez colaboró con numerosos artículos en los diarios El Día y La Opinión de Tenerife. Encontrará los publicados desde 1996 en nuestra prensa digitalizada. Si no está conectado a la red universitaria, pulse en este enlace y valídese con su nombre y contraseña.
  
Bibliografía completa de Luis Cola Benítez en nuestro catálogo.

Obras reseñadas en el artículo:
COLA BENÍTEZ, L.. Barrancos de Añazo. Santa Cruz de Tenerife: Ayuntañmiento, 1986.
____. Fundación, raíces y símbolos de Santa Cruz de Tenerife: (apuntes históricos). Santa Cruz de Tenerife: Ayuntamiento, 2006.
____. El Gabinete Instructivo de Santa Cruz de Tenerife (1869-1901). Santa Cruz de Tenerife: Ayuntamiento, 2001.
____. La historia del 25 de julio de 1797 a la luz de las fuentes documentales. García Pulido, Daniel; Rumeu de Armas, Antonio (pról.). Santa Cruz de Tenerife: Ediciones del Umbral: Tertulia de Amigos del 25 de Julio de 1797, 1999.
____. Miguel Villalba Hervás: un repúblico íntegro: cartas a Patricio Estévanez. Santa Cruz de Tenerife; Idea, 2003.
____. Reflexiones sobre el ataque de Nelson a Santa Cruz de Tenerife (1797): a propósito de un documento olvidado. Santa Cruz de Tenerife: Goya, 1991.
____. Santa Cruz, bandera amarilla : epidemias y calamidades (1494-1910)
2ª ed.Santa Cruz de Tenerife : Idea, 2005.
____. Sed: la odisea del agua en Santa Cruz de Tenerife. Santa Cruz de Tenerife: Emmasa, [2010].
ONTORIA OQUILLAS, P.. Fuentes documentales del 25 de julio de 1797: fuentes documentales del 25 de julio de 1797 de la victoria del General Gutiérrez, las tropas regulares y las milicias isleñas sobre la escuadra inglesa del Contralmirante Nelson. Cola Benítez, L. y García Pulido, D. ,recop., transcrip. y notas. Santa Cruz de Tenerife: Ayuntamiento, 1997.